PRENSA - LA HISTORIA DEL ZOO

ELTEATRERO.COM  -  ALDO RUIZ

Recital interpretativo de Carlos Martínez-Abarca en la mítica obra de Edward Albee dirigida por José Carlos Plaza.

Plaza cede todo el protagonismo a sus dos intérpretes que le devuelven el regalo con creces realizando unas magníficas actuaciones. Carlos Martínez-Abarca está colosal en la piel de Jerry y nos ofrece un auténtico recital en este casi monólogo de Edward Albee. Es inccreíble cómo este actor maneja su voz, su mirada y la expresión corporal, y cómo es capaz de deleitarnos con decenas de caras y gestos a lo largo de los 70 minutos que dura la función. Puedo asegurar sin miedo a equivocarme que muy pocos actores en este país son capaces de hacer lo que él hace para regalarnos uno de los mejores Jerrys que se recuerdan con todo un alarde de técnica interpretativa y de virtuosismo. ¡Sencillamente espectacular!



DIARIOCRÍTICO.COM. -  JOSÉ MIGUEL VILA

El montaje está protagonizado por dos actores extraordinarios, Carlos Martínez-Abarca y Javer Ruiz de Alegría [...] El trabajo de Carlos Martínez-Abarca es sencillamente portentoso. Su duelo interpretativo es una verdadera delicia durante la hora y cuarto aproximada de función que tiene al espectador encandilado y en tensión creciente hasta el mismo final.



CULTURAMÁS.ES. -  HORACIO OTHEGUY RIVEIRA

Dos excelentes actores dirigidos por uno de los mayores maestros españoles, José Carlos Plaza, ofrecen un espectáculo imprescindible para todo amante del teatro. [...] Carlos Martínez-Abarca tiene una flexibilidad corporal en la que aúna con aparente facilidad la ironía sobre la catástrofe de su vida, y la desolación absoluta. Interpreta de tal modo al feroz Jerry, que parece escalar una montaña hacia una cima donde quizás ni él mismo sepa para qué va, o tal vez lo haya ensayado muchas veces y nos sorprenda con una bocanada de terror final.



BUTACAENANFITEATRO.WORDPRESS.COM - HUGO ÁLVAREZ DOMÍNGUEZ

Carlos Martínez-Abarca -que se lleva la mayor parte del peso activo de la acción y el texto- realiza una buena composición de un personaje que debe ser pura incógnita durante gran parte del tiempo que dura la representación. Martínez-Abarca acierta al encontrar un equilibrio que no esté ni demasiado inclinado a un perfil psicópata ni demasiado inclinado al perfil de víctima desesperada; de manera que este Jerry no resulta a priori ni demasiado peligroso para salir huyendo ni demasiado amigable como para quedarse con él más de la cuenta; ese perfil confuso, ambiguo -y por lo tanto amenzador- está bastante logrado.